Ansiedad
Según el Diccionario de la Real Academia Española la ANSIEDAD se define como un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo.
En medicina, se le conoce como la angustia que suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a ciertas neurosis, y que no permite sosiego a los enfermos.
Pero no todas las personas que sufren ansiedad están enfermas. Si bien esto puede ser un síntoma de algo mayor, no es la única razón por la cual aparece.
La ansiedad puede presentarse en cualquier momento de la vida de un individuo y por diversas razones. Nadie está exento de que le ocurra y tampoco nadie tiene por qué considerarse enfermo por sentirla, a menos que sea algo demasiado común, lo que te haga acudir al médico y seas diagnosticado.
En ocasiones la ansiedad viene por el estrés, son dos elementos que van de la mano. El estrés es una patología a la que se le conoce comúnmente como “la enfermedad del siglo XXI” ya que muchas personas sufren de ello por el estilo de vida agitado que caracteriza a las personas hoy en día.
Si tú te sientes identificado con esto, es importante recalcar que no lo dejes pasar.
El estrés tiene efectos muy poderosos sobre el organismo, tanto que según estudios se ha probado que el tener una vida con estrés puede hacer que el individuo desarrolle el mismo nivel de riesgos de salud que un fumador o que una persona obesa.
Síntomas de la ansiedad
No tienes que conformarte con sentir ansiedad en tu vida diaria, esto es algo que se puede mejorar, pero para hacerlo, primero debes conocer de qué se trata ¿Conoces los síntomas?
- – Sentimientos de nerviosismo
- – Agitación excesiva
- – Sensación de tensión (en muchos casos sin saber con exactitud por qué es causada)
- – Taquicardia o aumento en la frecuencia cardiaca
- – Sudoración fría, principalmente en frente, palmas de las manos, plantas de los pies y axilas
- – Preocupación extrema que puede producir problemas gastrointestinales
- – Dificultad para concentrarse
- – Pensamientos fatalistas recurrentes acerca de la situación que causa la ansiedad
- – Hiperventilación
- – Cansancio o debilidad
- – Insomnio
- – Morderse las uñas u otros síntomas de nerviosismo como movimientos cortos y repetitivos
- – Comer exceso, principalmente comida altamente calórica como dulces o comida grasosa
- – Entre otros
La ansiedad puede ser provocada por muchas razones diferentes. El asunto es que no todas las personas reaccionan igual ante las mismas situaciones. Por ejemplo, podría considerársele normal el sentir algo de ansiedad por un gran evento que se aproxime, pero cuando el solo hecho de existir puede ser un detonante para la ansiedad (que puede llegar a desatar ataques de pánico), el problema es significativamente mayor de lo que deberías estar dispuesto a soportar sin hacer nada al respecto.
Causas por las que muchas veces se desarrolla un trastorno de ansiedad (o factores de riesgo):
Acumulación de estrés: como la mencionamos anteriormente el estrés es clave cuando hablamos de la ansiedad. La acumulación puede darse por distintas situaciones a la que te ves expuesto como problemas económicos, más un reciente cambio de residencia, quizá problemas familiares o con amigos.
Así creas que se trata de cosas pequeñas, todas van sumando, lo que puede devenir en un trastorno de ansiedad si no sabes manejar ese estrés de la manera adecuada.
Personalidad: no siempre son las situaciones externas las que pueden ocasionar trastornos de ansiedad. Hay personas que pueden ser más propensas a sufrirla debido a su personalidad.
Abstinencia: si una persona sufre de alguna adicción, en el proceso de dejarla, la ansiedad puede hacerse presente. Las drogas y el alcohol también pueden ser una causa en sí mismas para la existencia de ansiedad.
Separación: si has tenido una relación amorosa, de amistad o familiar significativa y de pronto esta cesa -por diversas razones- esto podría ser un detonante para la ansiedad.
Enfermedad: muchas veces las enfermedades pueden hacer que las personas que la padezcan desarrollen miedo o angustia del futuro, lo que termina moldeándose en una ansiedad que también debe ser tratada.
Traumas: ya sean infantiles o en la edad adulta pueden ser detonantes para sufrir de ansiedad.
Herencia: si tienes entre tus parientes personas que sufran de trastornos de ansiedad diagnosticados, esto constituye un factor de riesgo.
Como puedes ver las causas no son pocas.
Lo que debemos tomar en cuenta es que experimentar ansiedad en algunas ocasiones es parte de lo que nos hace humanos, sin embargo, si estás empezando a experimentar ansiedad y ésta cada día se hace más presente, es importante hacer algo al respecto.
Si solo esperas que se desarrolle y se siga instalando más y más en tu vida podrías terminar con un trastorno de ansiedad grave que pudo haber sido evitado desde un principio.
¿Cómo puedes manejar la ansiedad cuando sientes que esta se está volviendo parte de tu cotidianidad?
– Hazte consciente de lo que sientes: de esta manera podrás hacer algo al respecto. Cuando admites que estás teniendo problemas de ansiedad lo siguiente es no culparte a ti mismo, sino seguir algunas recomendaciones para mejorar la situación.
– Haz ejercicio: la actividad física no solo mantiene tu cuerpo saludable, sino también tu mente debido a las sustancias que se liberan en el cerebro durante el ejercicio. Cuando haces del ejercicio un hábito, notarás cómo los síntomas de la ansiedad van decreciendo y de hecho querrás seguir ejercitándote.
Prefiere las actividades al aire libre como las caminatas, trotar, andar en bicicleta, jugar tenis, yoga, entre otras que además de mantenerte activo resultan muy beneficiosas en todos los sentidos.
– Evita las bebidas con cafeína y demasiado azucaradas: estas además de hacer daño a tu organismo de muchas maneras diferentes, también pueden empeorar los síntomas de la ansiedad. Puedes reemplazar estas bebidas por té de manzanilla y otros tipos de tés relajantes que pueden ser muy útiles media hora antes de ir a la cama.
– Descansa: la falta de descanso también puede afectarte negativamente. La ansiedad puede traer insomnio, pero no dejes que esto haga que te rindas y no intentes descansar ya que entrarías en un círculo vicioso muy peligroso.
Los puntos anteriores te ayudarán a conciliar el sueño y a que la calidad de tu descanso sea mejor.
– Aprende ejercicios de respiración: así podrás usarlos cuando lo consideres necesario. Para mejorar la ansiedad practica al menos 2 ejercicios de respiración diariamente.
– Haz actividades que te gusten: si te das un tiempo para ti, para realizar actividades que te agraden y te hagan feliz verás cómo te empiezas a sentir cada vez mejor contigo mismo, lo que influirá positivamente en tu ansiedad.
– No te aísles: buscar ayuda es necesario, sobre todo cuando la ansiedad empieza a interponerse entre tú y lo que haces o quieres hacer. Buscar ayuda no significa que eres débil, sino que eres lo suficientemente fuerte para admitir que algo te ocurre y deseas cambiarlo.